Publicada en medicina gráfica. Mónica Lalanda el 24 de noviembre de 2019
Un análisis excelente en el que se destacan los puntos fuertes de la novela, se explica por qué es medicina gráfica.
Destacamos algún párrafo y aconsejamos leer el documento completo.
Yo, loco es una NOVELA GRÁFICA DE DE FICCIÓN, cargada de intriga y conspiración, perturbadora e inquietante. El argumento de la historia y sus personajes son extrañamente atractivos, te atrapan y es casi imposible no leerlo de un tirón. Podríamos describirlo como un thriller que se desarrolla con la industria farmaceútica como escenario.
La estética es de cómic clásico con viñetas siempre bien marcadas en cajas y texto en bocadillos y cartelas. Cada página tiene como mínimo cuatro viñetas pero en los momentos de mayor drama se limita a una sola y de gran impacto visual por su simetría casi completa.
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El guión de la historia es sensacional y su trama sorprendente pero la habilidad con la que está puesta en escena la parte gráfica demuestra absoluto dominio artístico.
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Pero sin duda la parte que nos hace clasificarlo como útil en medicina gráfica es por su carácter de denuncia social, es una novela protesta. Yo, loco hace una llamada de atención hacia el riesgo que supone la medicalización de la normalidad, el scare-mongering y el desestimar la variabilidad de lo normal para convertirlo en patológico y por lo tanto susceptible de un tratamiento farmacológico.
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Sin perder nunca de vista que esta novela gráfica es mera ficción y que además incluye una serie de situaciones claramente ilegales, la presentación de una historia que se siente coherente en su desarrollo provoca la sensación en el lector de verosimilitud. Evitando la alarma y la conspiranoia, sí puede predisponernos a una mayor atención para evitar que este tipo de situaciones sucedan y por lo tanto, aunque inquietante, es un excelente material para la reflexión.
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