Samuel Aznar fue miembro del grupo Bustrófedon y por lo tanto compañero de fatigas «fanzineras», partícipe de algún proyecto expositivo y colaborador en las Jornadas del Cómic de Zaragoza así como en otras actividades culturales. Pintor apreciable y excelente dibujante, ha acabado encontrando un puesto destacado entre los diseñadores zaragozanos.
De estilo versátil, trazo limpio e imaginario fantasioso, su forma de hacer encajaba a la perfección con las historias que yo inventaba. De hecho me habría gustado llevar más lejos nuestra colaboración.
Acometimos varios proyectos de los que culminamos dos. «Memorias de un espejo» apareció en Bustrófedon. Álbum (1984).
Pero el que más me gusta lleva por título «Especulación» y fue publicado en el número 5 de la revista Lux Daemoniorum (Vitoria, 1984).